Vino el médico amarillo A darme su medicina, Con una mano cetrina Y la otra mano al bolsillo: ¡Yo tengo allá en un rincón Un médico que no manca Con una mano muy blanca Y otra mano al corazón!. Viene, de blusa y casquete, El grave del repostero, A preguntarme si quiero O Málaga o Pajarete: ¡Díganle a la repostera Que ha tanto tiempo no he visto, Que me tenga un beso listo Al entrar la primavera!