Sé de un pintor atrevido Que sale a pintar contento Sobre la tela del viento Y la espuma del olvido, Yo sé de un pintor gigante, El de divinos colores, Puesto a pintarle las flores A una corbeta mercante. Yo sé de un pobre pintor Que mira el agua al pintar,– El agua ronca del mar,– Con un entrañable amor.