El tambor redobla, llama:
la corneta el toque da:
a quien patrio amor inflama
sordo al toque no estará.

Quien nació con alma libre,
quien no quisiera esclavo ser,
el acero al punto vibre
para un noble alto deber.

Donde Cuba su estandarte
haga heroica tremolar,
cada pecho sea un baluarte
que su honor sepa guardar.

Donde hiciere la sublime
libertad su voz oír,
donde un pueblo se redime,
gloria, hermanos, es morir.

Pronto, en marcha! Los jinetes,
Los infantes, ¡a la acción!,
y hablen sólo los machetes,
los fusiles y el cañón!


FRANCISCO SELLÉN
(Santiago de Cuba, 10.10.1836-La Habana, 9.5.1907)



 

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